FERNANDO MAESTRE

lunes, agosto 07, 2006

LA MADRE MUERTA

Para todo conocedor de psicoanálisis, el título de esta columna remite a uno de los conceptos más trascendentes de la obra del psicoanalista francés A. Green, quien definió a la 'madre muerta' no como si se tratara de la muerte biológica de la madre o como la ausencia física de una mujer que abandonó a los hijos. El concepto se refiere a una terrible situación que sufren los hijos cuando tienen que convivir con una mujer que ha perdido toda posibilidad de contacto afectivo con ellos, pues no los entiende, no entiende sus llantos y demandas, y cree que ellos están bien cuando en realidad sufren una soledad intensa aunque la madre esté físicamente presente.

Al referirnos a los temas de familia, solemos abundar con alusiones a la figura del padre a quien se le achaca, muchas veces con justísima razón, la responsabilidad del desorden y del caos de la familia, ya sea porque los abandonó o porque formó una familia paralela. Rara vez se tiene el valor de escudriñar las fallas que también tienen las madres en la tarea de criar hijos.

Se trata de un cuadro clínico que sufre la mujer que es madre y que se caracteriza porque tiene tres síntomas que se yuxtaponen. El primero es que padece una depresión constante, siempre está triste, lamentándose y llorando por alguna frustración. El segundo es su incapacidad de conectarse afectivamente con los miembros de la casa: sin interés en tener relaciones sexuales, con muy pocas manifestaciones afectivas hacia los hijos, pocos besos, pocos abrazos y pocas caricias. En tercer lugar tenemos la tendencia a aislarse y estar 'en las nubes'. Cuando reacciona, lo hace a gritos, con un consejo apurado.

El efecto en los hijos puede ser muy grave: desde cuadros depresivos mayores hasta episodios psicóticos donde lo que caracteriza la conducta del hijo es igualmente una desconexión con las personas amadas, un desinterés por su familia, la predilección de estar con amigos o de formar vínculos de pareja que, más que vínculos de amor, se vuelven vínculos de dependencia y de sometimiento a la pareja del momento.

Pero si hay una característica que se presenta con frecuencia es la tendencia a depender de todo tipo de 'droga'. Desde las clásicas -cocaína, marihuana o alcohol- hasta las otras: relaciones vinculares, como parejas, profesores, amigos, líderes religiosos o políticos, etc.

Habría que señalar que las personas que padecen este mal no tienen conciencia de lo que están sufriendo, por lo que jamás van a buscar ayuda profesional. Le toca al esposo, que es la parte más sana de la relación, actuar ni bien nota que su esposa está tratando a los hijos de la pareja con indiferencia o violencia, sin atender sus verdaderos reclamos. En tal caso tendrán que acudir juntos o él solo a pedir ayuda a un profesional. Solo así la madre se podrá rescatar y los hijos no adquirirán, por

1 Comments:

  • Así como va el mundo por éstos días, son muchas las madres muertas de jóvenes sin rumbo y adultos erráticos...la madre "muerta" y el padre "cosa" engendran hijos no paridos a la realidad del ser...

    By Blogger Marión, at 1:00 p. m.  

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